domingo, 17 de febrero de 2008

Hay amores que matan

Asesinó a su mujer, pero la quería tanto que convivió 23 años con su cadáver, en Australia.

El tipo mató a su esposa en 1984, la descuartizó y la metió en un barril que guardó en el patio de su casa.

23 años después, al yerno del homicida se le ocurrió destapar el barril, y encontró ropa femenina y partes de un cuerpo humano.

El amoroso marido declaró ante la policía que había guardado a la FINUCHA “porque la amaba y no quería tirarla a la basura”.

Según trascendidos, los productores australianos estarían planeando hacer una serie inspirados en él, y se llamaría “amos de casa desesperados”.